¿Se pueden construir edificios usando menos agua? ArchDaily abrió el debate sobre el tema de los recursos hídricos en la arquitectura durante todo el mes de junio, realizando una invitación a nuestros lectores para que se sumaran a la discusión.
Los datos del uso global del agua no son alentadores y el proceso de construcción tiene una gran participación en su consumo. Era hora de pensar sobre cómo reducir este impacto. La necesidad de diseñar edificios que no precisen agua nos brindó una oportunidad única para explorar alternativas innovadoras y sostenibles que minimicen o incluso eliminen por completo el uso del agua en la construcción.
Luego de revisar una inmensa cantidad de comentarios y opiniones, fue una sorpresa encontrar coincidencias sobre que primero tenemos un desafío pendiente: medir y conocer realmente el consumo real del agua de cada uno de los proyectos de arquitectura y entender cómo podemos enfrentar este problema desde lo constructivo y lo material.
¿Cuál es la huella hídrica de tu proyecto arquitectónico?
"Se puede construir sin agua, sobre todo, a través del empleo de materiales prefabricados, cómo perfiles metálicos, maderas, paneles, entre otros... pero, no hay que olvidar, ¿Cuál es la huella hídrica o de agua que tiene cada material que estamos utilizando en nuestros proyectos? Debemos hacer un balance de consumo de aguas, tanto directos como indirectos. También del tipo de fuente hídrica, ya que también es un factor importante a considerar, y de cómo es su retorno al medio ambiente", nos escribe el arquitecto chileno Alexis Valverde.
La medición de la cantidad de agua utilizada en la construcción de un edificio se suele llevar a cabo mediante métodos de análisis del ciclo de vida (ACV) y evaluaciones del impacto ambiental. Estos enfoques consideran el uso de agua en todas las etapas del proceso constructivo, desde la extracción de materiales hasta la demolición del edificio, proporcionando una perspectiva completa del consumo de agua relacionado con la construcción. La cantidad de agua utilizada en los materiales de construcción varía considerablemente según el tipo de material y los métodos de producción específicos empleados.
¿Cuál debería ser el material predominante para reducir el consumo del agua?
"Back to the origins: use timber", nos escribe la arquitecta mexicana Susana Bianconi. Desde Chile, un arquitecto se suma comentando que definitivamente "la respuesta más lógica a esta pregunta es la madera. Esta permite la construcción de pequeñas edificaciones y también de edificaciones en altura mediante el uso de madera laminada y CLT. Sin embargo, no es una pregunta simple, dado que aunque pienses en métodos sostenibles, las fundaciones son un elemento más complejo de conjugar en esta ecuación, especialmente para edificaciones de grandes dimensiones".
Por otro lado, Juan Miguel Gutiérrez, también arquitecto mexicano, argumenta que "hay concretos que no utilizan agua de primer uso o que usaron un agua alterna o reciclada de otros procesos. También podemos encontrar concretos que reducen drásticamente el uso de agua en el proceso de curado (que es vital para el desarrollo de resistencia frente al impacto del clima). De la misma forma, al elaborar concretos estructurales hoy se utilizan componentes que reducen el consumo de agua original sin perder propiedades de fluidez o permanencia durante el proceso de colocación. Estas tecnologías están al alcance de los arquitectos y pueden ser usadas en muchas ciudades del país para reducir los consumos de agua tradicionales".
¿El agua de lluvia puede considerarse como un nuevo material de construcción?
"No puedo dejar de usar agua en la construcción de mis proyectos, ya que son con técnicas en tierra: adobes, fajina, bloques de tierra comprimida y todas estas técnicas necesitan agua para su realización. Lo que si puedo hacer es juntar agua de lluvia y almacenarla para su posterior uso tanto en abastecimiento de tanques de descarga de inodoros como para riego, o lavado de pisos, vehículos, etc. La recolección de agua de lluvias puede ser tanto de techos verdes, que además en períodos de lluvia tienen la capacidad de captarla, e ir desaguando de a poco, como a través de canaletas conducirla a un aljibe", nos escribe el arquitecto uruguayo Andrés Nogués.
Al mismo tiempo, Verónica Rodríguez, arquitecta mexicana, nos comenta que en su empresa, "almacenamos agua de lluvia y cuando estoy en obra hago lo mismo, almacenarla; si no es tiempo de lluvia entonces utilizo lo que tengo en almacén y planeo con anticipación la que voy a utilizar para que no me falte. Planear para mí ha sido una buena solución, solo gasto lo que necesito". Esto nos abre la puerta a pensar si deberíamos prestar más atención al agua de lluvia en los procesos de construcción (y hasta pensar en la posibilidad de considerarla como parte de un "nuevo" material de construcción). ¿Qué opinas?
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